Desde Trucksur siempre recordamos la importancia del transporte por carretera para la economía y el funcionamiento del mercado interior de la Unión Europea y es que como muestran los datos de Eurostat, el 77% de las mercancías en Europa se desplazan por carretera, y en España esta cifra se eleva hasta casi el 96%. Dependencia, que genera un 4,8% del PIB nacional y emplea a unas 600.000 personas según ANFAC, y hace evidente la necesidad de abordar los desafíos actuales del sector, como la descarbonización y la adaptación a las nuevas normativas.
Para cumplir estos objetivos, los nuevos vehículos deberán reducir sus emisiones de CO2 en el tubo de escape, lo que convierte a los propulsores eléctricos de batería y a los motores de hidrógeno en las alternativas clave. Sin embargo, estas tecnologías aún deben demostrar su eficacia en largas distancias. En España, el reglamento ha generado incertidumbre en el sector. Empresas y asociaciones de la automoción, el transporte y la producción de combustibles han pedido a la UE diversificar las alternativas disponibles y no limitar el desarrollo de tecnologías de descarbonización.
Los operadores del transporte reconocen que la electrificación y el hidrógeno jugarán un papel relevante, pero su implantación llevará tiempo y tendrá un alto coste económico. Por ello, consideran necesario disponer de diversas alternativas, como los combustibles renovables, que pueden contribuir de manera efectiva, asequible y rápida a la descarbonización.
En este contexto, el mercado de camiones de ocasión, se presenta como una solución viable para muchas empresas. Los camiones usados permiten a las empresas optimizar costos y mantener la competitividad mientras adaptan sus flotas a las nuevas regulaciones. Modelos como el Volvo FH y Scania Serie R son altamente demandados debido a su durabilidad y eficiencia.
Los camiones de segunda mano juegan un papel crucial en esta transición, ofreciendo soluciones inmediatas y económicas. La industria debe aprovechar todas las tecnologías disponibles para cumplir con los objetivos ambientales y mantener su vital rol en la economía europea.
Estos juegan un papel crucial en la descarbonización, aunque a menudo se subestima su importancia.
Cada nuevo camión implica un proceso de fabricación que consume grandes cantidades de energía y recursos, generando emisiones de CO2. Al optar por un camión de segunda mano, se reduce la demanda de producción de vehículos nuevos, contribuyendo así a disminuir la huella de carbono asociada a la fabricación.
Muchos camiones de segunda mano incorporan tecnologías de motor y transmisión que han sido perfeccionadas a lo largo de los años, ofreciendo una mayor eficiencia en el consumo de combustible en comparación con modelos más antiguos, modelos que acompañados de un buen mantenimiento de forma regular, garantiza un funcionamiento óptimo del motor y reduce el consumo de combustible.
Renovar flotas con camiones de ocasión equipados con tecnologías más limpias, como sistemas de reducción catalítica selectiva (SCR) o filtros de partículas diésel (DPF), sin tener que invertir en vehículos completamente nuevos, implica una mayor accesibilidad.
Al extender la vida útil de los camiones y hacer que las tecnologías limpias sean más accesibles, se acelera la transición hacia un transporte más sostenible.